Los seres humanos, al igual que el resto de los seres vivos, tienen la capacidad de adecuarse a las leyes de la vida. Sin embargo, a diferencia de ellos, poseen la capacidad de mejorar el desarrollo de su cuerpo, reforzar su constitución física, retardar el envejecimiento y extender las posibilidades de vida. La importancia radica en la prevención y el tratamiento a tiempo.
La prevención de las enfermedades es la mejor cura. Las personas que gozan de buena salud es porque, por lo general, han limpiado y desintoxicado su cuerpo, anticipándose con ello a la acción de los elementos dañinos que a veces no son tan evidentes.
Muchas veces se clasifica a las personas de acuerdo a su estado de salud. El primer grupo lo conforman las personas saludables, que son únicamente un 5%. El segundo grupo lo integran personas que sufren enfermedades, que representan un 15%. Y el tercer grupo está constituido por personas semi saludables, que alcanzan el 80%.
Todos los humanos pasamos a través de un proceso de limpieza, regulación, complementación y protección con el fin de limpiar nuestro bazo, estómago e intestinos; de regular nuestro Qi (energía interna), sangre y yin-yang; complementar nuestra alimentación con nutrientes con el fin de preservar y cuidar nuestra salud.
El cuerpo humano es un órgano integrado en el que el desequilibrio del Yin y del Yang pone en peligro las funciones de los órganos internos. Si los órganos internos se ven afectados, las otras partes del cuerpo sufrirán su influencia. De manera que la salud será mejor cuando se realice una limpieza, se ajusten sus equilibrios y se complementen sus nutrientes.
Cuando una enfermedad infecta al cuerpo humano el Qi benéfico trata por todos los medios de defenderlo de manera que esta lucha entre los Qi benéfico y nocivo afecta el equilibrio corporal entre el yin y el yang y repercute en el mal funcionamiento de los órganos internos. Bajo estas condiciones, el comportamiento del Qi y de la sangre genera una serie de cambios patológicos. Pero si el Qi benéfico es fuerte, el Qi nocivo se ve anulado y la enfermedad no se desarrolla y el cuerpo preserva su estado de salud. Por el contrario, cuando el Qi benéfico es deficiente y el Qi nocivo, la enfermedad será mucho más fuerte. Por eso es importante conservar un buen estado de salud.
Lo lamentable es que la gente no comienza a actuar sino cuando la acción nociva de las enfermedades empieza a ser evidente. Nuestro cuerpo en realidad debe ser cuidado y preservado diariamente para ser fuerte y estable y para que podamos vencer a las enfermedades que a veces quisieran prevalecer.
¿Cómo cuidar nuestra salud y prolongar nuestras vidas? Primero, debe entenderse que dependemos del comportamiento del yin yang y de los cinco elementos que existen en la naturaleza para regular el equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza, y complementar los organismos de acuerdo a cada individualidad, el tiempo y el espacio, alcanzando el equilibrio en las distintas estaciones del año, lugares y horas del día.
De acuerdo con la Medicina Tradicional China, los cinco elementos (madera, fuego, tierra, metal y agua) son los agentes básicos del universo que se corresponden, en la naturaleza, a la primavera, el verano, la transición entre el verano y el otoño, el otoño y el invierno. A la vez, la correspondencia en nuestro cuerpo se da en el hígado, el corazón, el bazo, los pulmones y los riñones. Por ello se recomienda seguir los ciclos de las estaciones y utilizar la primavera para realizar una limpieza, el verano para reajustar el equilibrio, el otoño para complementar los nutrientes, y el invierno para la protección. De esta manera se logrará preservar el equilibrio armónico entre el cuerpo humano, el ambiente ecológico y la naturaleza.
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